Denunciaron a los tres amigos de Daniel
31 de Enero de 2024. ¡Hola! Estás en el camino de la verdad, el camino de la salvación. Haga clic en este enlace https://lechemenn.blogspot.com/?m=1 para encontrar todos los mensajes. Compártelo con todos para que conozcan el verdadero camino de Dios para que asuman sus responsabilidades. Estas son las profecías que sucederán, tal como han comenzado. Se han hecho en el pasado, y continúan ocurriendo ahora en los últimos días. Esfuércese por entender las palabras para que pueda asumir la responsabilidad. La tierra prometida, la ciudad de Jerusalén, la tierra del rey, es Haití. El país de Judea es Santo Domingo, Jerusalén y Judea son dos hermanas. Vosotros sois el pueblo de Dios que sois el pueblo de Israel, es decir, la familia de Jacob. Dios te ama y te está esperando. Buena meditación.
Denunciaron a los tres amigos de Daniel
En ese momento, algunas personas en Babilonia
aprovecharon la oportunidad para denunciar a los judíos. Dijeron al rey
Nabucadnosor: Viva el rey para siempre. Su Majestad, ha emitido una orden que
exige que todos se arrodillen para adorar la estatua dorada cuando escuchen
tocar la trompeta y todos los demás instrumentos musicales. Si alguno no se
arrodilla para adorar la estatua, debe ser arrojado vivo al horno de fuego.
¡Bien! Hay tres judíos a quienes pusiste a cargo de la provincia de Babilonia.
Sadrac, Mesac y Abednego. A estos hombres no les importan sus órdenes, Su
Majestad. No adoran a tu dios. No se arrodillan ante la estatua de oro que has
hecho.
Cuando Nabucadnosor oyó esto, se enojó mucho y
se enojó mucho, y ordenó que le trajeran a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
Inmediatamente llevaron a estos tres hombres ante el rey. El rey les dijo:
Sadrac, Mesac y Abed-nego, ¿os negáis a adorar a mis dioses, os negáis a
arrodillaros ante la estatua de oro que hice? Pues ahora, escuchad tocar las
trompetas y otros instrumentos musicales, debéis arrodillaros y adorar la
estatua que yo he hecho. Si no lo haces, serás arrojado al horno de fuego. No
hay dios que te salve de mí. Sadrac, Mesac y Abednego respondieron y dijeron al
rey Nabucadnosor: Su Majestad, no intentaremos defendernos. Si el Dios al que
servimos puede sacarnos del horno de fuego, si puede librarnos de tu mano, lo
hará. Pero aunque no venga a librarnos, Majestad, os decimos que no adoraremos
a vuestros dioses, ni nos arrodillaremos ante la estatua de oro que hicisteis.
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