El dicho del buen pastor.
27 de Octubre de 2023. ¡Hola! Estás en el camino de la verdad, el camino de la salvación. Haga clic en este enlace https://lechemenn.blogspot.com/?m=1 para encontrar todos los mensajes. Compártelo con todos para que conozcan el verdadero camino de Dios para que asuman sus responsabilidades. Estas son las profecías que sucederán, tal como han comenzado. Se han hecho en el pasado, y continúan ocurriendo ahora en los últimos días. Esfuércese por entender las palabras para que pueda asumir la responsabilidad. La tierra prometida, la ciudad de Jerusalén, la tierra del rey, es Haití. El país de Judea es Santo Domingo, Jerusalén y Judea son dos hermanas. Vosotros sois el pueblo de Dios que sois el pueblo de Israel, es decir, la familia de Jacob. Dios te ama y te está esperando. Buena meditación.
El dicho del buen pastor.
Esto es lo que dice nuevamente el Señor: Yo soy
el que buscaré mis ovejas para cuidarlas. Así como el pastor cuida de sus
ovejas dispersas, así cuidaré yo de todas mis ovejas, las llevaré a donde las
hayan dispersado desde el día de la oscuridad, el día de la angustia, las haré
volver. Los sacaré de entre las otras naciones, los reuniré y los haré volver a
su tierra. Los llevaré a comer en todos los montes de la tierra de Israel, en
los valles, dondequiera que haya gente en la tierra. Les dejaré comer en el
buen campo de hierba. En todos los montes altos de la tierra de Israel
encontrarán un lugar seguro donde quedarse. Allí se reposarán, y encontrarán
hierba verde en todos los montes de la tierra de Israel. Soy yo quien cuidará
de mis ovejas. Soy yo quien encontrará un lugar para que descansen. Yo, el
Señor, el único Maestro que dice esto.
A los que están perdidos, los buscaré. A los
que salieron del rebaño, los haré volver a su lugar. A los que estén heridos
les pondré remedios. A los que estén enfermos, yo los sanaré. Pero a los
gordos, a los grandes, los mataré. Yo cuidaré de mis ovejas. A vosotros, ovejas
mías, esto es lo que Yo, el Señor único Maestro, envío para deciros: Yo juzgaré
a cada uno de vosotros. Pondré a un lado los buenos, a un lado los malos, a un
lado los carneros, a un lado los machos cabríos. Hay algunos entre vosotros, ellos
son los que tienen que comer la mejor hierba. Pero eso no es suficiente para
ellos. Deben pisotear a los que no pueden comer. Son los únicos que beben agua
fresca y agradable. Pero eso no es suficiente, tienen que ensuciar el resto del
agua con los pies. Así, el resto de mis ovejas no tienen más remedio que comer
la hierba que otros han pisoteado bajo sus pies. No les queda más remedio que
beber el resto del agua que los demás ensucian con los pies. Ahora pues, esto
es lo que yo, el Señor único Maestro, envío para deciros: Yo juzgaré a la oveja
gorda y a la oveja flaquita. A las ovejas débiles las apartas, las golpeas con
el lomo, con el cuerno hasta expulsarlas, las haces abandonar el rebaño. Pero
vengo a salvar a mis ovejas, no dejaré que carguen más con todo sobre sus
espaldas. Soy yo quien seré juez entre vosotros. Continuaremos.
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