Un mensaje a Sedequías

 20 de marzo de 2023. ¡Hola! Estás en el camino de la verdad, el camino de la salvación. Haga clic en este enlace https://lechemenspanish.blogspot.com/?m=1 para encontrar todos los mensajes. Compártelo con todos para que conozcan el verdadero camino de Dios para que asuman sus responsabilidades. Estas son las profecías que sucederán, tal como han comenzado. Se han hecho en el pasado, y continúan ocurriendo ahora en los últimos días. Esfuércese por entender las palabras para que pueda asumir la responsabilidad. La tierra prometida, la ciudad de Jerusalén, la tierra del rey, es Haití. El país de Judea es Santo Domingo, Jerusalén y Judea son dos hermanas. Vosotros sois el pueblo de Dios que sois el pueblo de Israel, es decir, la familia de Jacob. Dios te ama y te está esperando. Buena meditación.

Un mensaje a Sedequías

Otro día, el Señor volvió a hablarle al profeta. En ese tiempo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, estaba atacando Jerusalén y todos los pueblos de los alrededores. Tenía consigo a todo su ejército así como a los soldados de otras naciones y otras razas que se sometían a su poder. Así dijo el Señor, Dios del pueblo de la familia de Israel, al profeta: Ve y habla a Sedequías, rey de Judea, y dile esto: El Señor entregará a Jerusalén en manos del rey de Babilonia quien le prenderá fuego. Tú, no escaparás. Te arrestarán, también te entregarán a él. Lo encontrarás cara a cara, hablarás con él. Después de eso, irás a Babilonia. Solamente, Sedequías, rey de Judea, escucha el mensaje del Señor para ti. No morirás en la guerra. Morirás en tu cama. Entonces quemarán incienso por vosotros, como solían quemar incienso por vuestros antepasados, que fueron reyes antes que vosotros. Llorarán por ti, dirán ¿qué pena? ¡El rey esta muerto! Yo, el Señor, he dicho esto. Yo soy el que dio este mensaje. El profeta dio este mensaje a Sedequías, rey de Judea, en Jerusalén. En ese momento, el ejército del rey de Babilonia estaba atacando a Jerusalén junto con otras dos ciudades en la tierra de Judea, Laquis y Azeca, las cuales aún resistían a los enemigos porque estaban bien protegidas.