Las dos cestas de higos
7 Febrero de 2023. ¡Hola! Estás en el camino de la verdad, el camino de la salvación. Haga clic en este enlace https://lechemenspanish.blogspot.com/?m=1 para encontrar todos los mensajes. Compártelo con todos para que conozcan el verdadero camino de Dios para que asuman sus responsabilidades. Estas son las profecías que sucederán, tal como han comenzado. Se han hecho en el pasado, y continúan ocurriendo ahora en los últimos días. Esfuércese por entender las palabras para que pueda asumir la responsabilidad. La tierra prometida, la ciudad de Jerusalén, la tierra del rey, es Haití. El país de Judea es Santo Domingo, Jerusalén y Judea son dos hermanas. Vosotros sois el pueblo de Dios que sois el pueblo de Israel, es decir, la familia de Jacob. Dios te ama y te está esperando. Buena meditación.
Las dos cestas de higos
El Señor me mostró dos cestas llenas de higos,
una al lado de la otra, frente a la gran casa del Señor. En ese tiempo,
Nabucodonosor, rey de Babilonia, ya había desterrado a Jeconías, hijo de
Joacim, rey de Judea, junto con todos los grandes líderes de Judea, los
artesanos y todo el pueblo que tenía un comercio. Los llevó a todos a
Babilonia. La primera canasta estaba llena de higos como los primeros higos
maduros de la temporada. La otra canasta estaba llena de higos malos que la
gente no podía comer porque no eran buenos. Finalmente, el Señor me dijo: ¿Qué
ves aquí? Respondí y le dije: Figs. Los higos buenos son muy buenos, los higos
malos no son nada buenos. La gente no puede comerlos porque no son buenos.
Entonces el Señor me habló de nuevo y me dijo: Yo soy el Señor, el Dios del
pueblo de la familia de Israel que habla. Considero al pueblo de Judea que
desterraron, a quien envié a Babilonia, como una cesta de hermosos higos. Seré
amable con ellos. Siempre los vigilaré, los traeré de regreso a este país. Los
haré crecer, no los destruiré. Los plantaré, no los arrancaré de nuevo. Les
daré entendimiento para que sepan que yo soy el Señor. Entonces ellos serán un
pueblo para mí, yo mismo seré su Dios, porque se volverán a mí con todo su
corazón.
Lo que hacen con los higos malos de bolsa, los
higos que la gente no puede comer porque son malos, eso haré con Sedequías, rey
de Judea, junto con todos sus grandes líderes, y todo el resto del pueblo de
Jerusalén que vivían en la tierra o que bajaron a Egipto. Traeré gran calamidad
sobre ellos. Todas las demás naciones de la tierra temblarán cuando vean esto.
La gente se burlará de ellos, contarán historias sobre ellos. Los pondrán en canción.
Tomarán sus nombres para usarlos en su disputa, para dar maldición en todos los
países donde los esparciré. Enviaré sobre ellos guerra, hambre y pestilencia
hasta que no quede nadie en la tierra que les di, la tierra que di a sus
antepasados.
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