El profeta lamentó su destino a Dios

 8 deciembre de 2022. ¡Hola! Estás en el camino de la verdad, el camino de la salvación. Haga clic en este enlace https://lechemenspanish.blogspot.com/?m=1 para encontrar todos los mensajes. Compártelo con todos para que conozcan el verdadero camino de Dios para que asuman sus responsabilidades. Esto es lo que las profecías dicen que sucederá a medida que las hayas visto desarrollarse. Haz un esfuerzo por entender la palabra de Dios para asumir tu responsabilidad. La tierra prometida, el país del rey, la ciudad de Jerusalén, es Haití. Ustedes son el pueblo de Dios. Por lo tanto, confórmense para venir a Dios como Él quiere que lo hagan. Si no, Él no te va a recibir, no podrás entrar al paraíso del reino. Dios te ama y te está esperando. Buena meditación.

El profeta lamentó su destino a Dios

¡Qué desgracia para mí! Oh madre mía, ¿por qué me hiciste? Estoy en disputa, estoy hablando mucho con todos en el país. No presto dinero a la gente, no pido dinero prestado a la gente. Sin embargo, todos me maldicen. Señor, que todas estas maldiciones se cumplan si no te sirvo bien, si no te suplico por todos mis enemigos, cuando estaban en problemas, cuando estaban en todo lo que no es bueno. Nadie puede romper el hierro que viene del norte, el hierro que se mezcló con el cobre. El Señor me dijo de nuevo: Tomaré todas las riquezas y todos los tesoros de mi pueblo, los daré a saquear. Así pagarán todos los pecados que cometieron en todo el país. Os haré siervos de vuestros enemigos, en un país que no conocéis, porque me habéis hecho enojar. Como un fuego, te quemaré.

Entonces dije: Tú, Señor, lo sabes todo. ¡No me olvides! ¡Ven y ayudame! ¡Tomad venganza por mí de los que me persiguen! No vayas demasiado lento con ellos para que no me maten. ¡Recuerda que es por tu culpa que me están insultando así! Cuando me hablas, escucho todo lo que me dices. Tus palabras son mi placer. Me hacen feliz, porque me santifican, Señor Dios Todopoderoso. No pierdo el tiempo sentado con la gente contando chistes para divertirme con ellos. Me tomaste bajo tu brazo. ¡Me dejo a un lado, porque me hicieron enojar de la misma manera que a ti!

¿Por qué estoy sufriendo tanto? ¿Por qué mi herida no puede sanar? No puedo encontrar una cura para eso. ¿Parece que no quieres ayudarme? Eres como un manantial que da agua cuando quiere. Esto me respondió el Señor: Si vuelves a mí, te recibiré, estarás de nuevo delante de mí para servirme. Si dejas de hablar al aire, para que solo salgan buenas palabras de tu boca, haré que vuelvas a hablar por mí. Entonces la gente volverá a ti. No tienes que ir tras ellos. Te pondré de pie ante este pueblo como un muro de bronce macizo. Lucharán contigo, pero no podrán hacerte nada. Estoy contigo para protegerte, para salvarte. Yo, el Señor, he dicho esto. Te libraré de la mano de los impíos, te sacaré de la mano de los impíos.